como en el estribillo de "walking on the moon", parece capturarme. Días que transcurren en el deseo de volverte a ver, oir, tocar.
Sentir, no, porque ya lo hago. No dejo de hacerlo en cada minuto de mis vigilias acompañadas de sol exangüe, de noches y días, de quince reencarnaciones a la hora.
Y puede que seas tú, ahí, hace sólo un minuto.
Joder, no quepo en mí y me sobro por todos lados, no se si explosiono o implosiono.
Ay, amiga, lo tendrías todo de mí si extendieras la mano. Qué rabia el ser tan poco.
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