en que uno llega a pensar "estoy mal hoy" y se da uno cuenta de que dejó de ser un mal día. O una mala semana. O un mal año. Ésto va para largo. Llega uno a preguntarse: "¿estuve bien alguna vez?" Pregunta escabrosa.
Recuerda uno los días en que abrir un álbum de fotos era un ejercicio de autoflagelación. El ver a ese extraño con una sonrisa en los ojos que pensaba que ya sabía lo que eran el dolor físico o emocional sin saber lo que se avecinaba, a quien no le fallaba la voz en un sollozo al cantar, al que nota la fuerza que derrochaban sus miembros ahora que a veces se siente débil por la falta de sueño. Ese extraño que se puso tu cara como máscara para ser feliz un rato.
La diferencia está en que ahora el álbum se abre cuando se cierran los ojos.
Qué falta me hace oírte.
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