miércoles, 21 de septiembre de 2016

Eclipse de equinoccio.

Han pasado casi tres años desde que oí tu voz por última vez. Fueron sólo unos pocos minutos.

Ese "hey" aterciopelado aún me abriga en el frío de la celda de aislamiento. Lo que me dijiste a continuación de ese "hey" aún me mantiene despierto. Ojalá pudieras (o quisieras) decirme el por qué de esas palabras.

Donde estés, te deseo paz. Si piensas que pudiera darte alguna, sólo necesitas llamar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario