Oficialmente pasada la hoja del calendario, la babosa persiste en su ignominioso periplo, dejando su rastro de baba y sudor.
Las antenas atentas al odio y la falacia, esquiva cuervos disfrazados de ruiseñor cuyos graznidos delatan.
El sueño, limitado al frescor de una gota de rocío de abril y un poco del frescor de la crujiente lechuga; poeta hermafrodita de jardín reseco de escarchas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario