![]() |
¡Ahí la vemos! |
El cuello es un tipo Epiphone de 22 trastes, escala 27" (tipo Fender).
La configuración original era H-S-H, parecida a la que se usa en la Ibanez Jem y otras para metal.
Empecé por desmontar la guitarra, para remover la pintura, que me gusta ver la veta de la madera. Una vez lijada y barnizada con cariño, relleno el hueco medio de la pastilla simple con resina de epoxy, para incrementar la masa y, con ella, la voz pasiva de graves y medios.
![]() |
Este número de serie, y un par de correos electrónicos por parte de Hohner y una persona que tuvo el mismo modelo. Es (o era) una Hohner XT Savage. |
La junta cuello/mástil es atornillada plana, herencia de la Fender Telecaster. Procedo también a rellenar los agujeros de los tornillos y aplico un poco de cola de carpintero para reforzar la junta y añadir la transmisión de sonido del diapasón.
Quiero una guitarra versátil, así que decido que al diseño original de Les Paul de dos humbuckers con control individual de volumen, les meto a cada uno un corte de pastilla en el polo norte del imán de cancelación.
El corto se activa con interruptor montado en cada potenciómetro de volumen 500kΩ (lo que se suele usar para humbuckers). El potenciómetro de tono lo elegí de 250kΩ, que es lo que se usa para pastillas de bobina simple. El condensador, de 21μf. Opto por control simple de tono para no complicar las cosas, que ya dispongo de 8 (sí, ocho) combinaciones de pastillas, cada una con su rango de modulación.
Por supuesto, blindé las cavidades, el puente y las cuerdas con cinta adhesiva de cobre (comostá mandao) para cancelar interferencias, sobre todo cuando uso los cortes de pastillas. El blindaje se completa con la tapa, que es de aluminio (la tuve que hacer a mano). Por ahí no se mete nada.
¿Las pastillas? (Sonrisa maquiavélica). Son dos humbuckers que me agencié en eBay, una ganga. La del puente es una Dimarzio de las que usaba Satriani hace varios años. La de mástil (o cuello) es una Seymour Duncan de Jazz. Pastillas pasivas con gran nivel de agudos en modo humbucker.
La dificultad es que diferentes marcas tienen códigos de color diferentes para los distintos polos de los dos imanes en cancelación. Con cinco cables saliendo de cada pastilla, y las combinaciones de soldadura, os imagináis el dolor de cabeza mirando entradas de polo norte y sur.
El resultado, echo de menos mi guitarra cuando toco otras. En modo humbucker, la DiMarzio echa armónicos por un tubo de escape. En modo limpio, me paso horas con los cortes metidos, le dan un realce genial al ataque de agudos tipo Fender, me recuerda algo al sonido de Robert Cray.
La calidad de grabación de un teléfono móvil deja algo que desear, por supuesto, pero me da igual.
¡Sube la Reverb!
No hay comentarios:
Publicar un comentario