Alzas y bajas. Entrevistas inanes, chistes rancios, artículos, siempre más, y más.
El escrutinio ajeno, pretendiendo encontrar lo que no existe y amplificarlo.
La rabia desenfrenada en el sentarse relajado cara al inquisidor, de piernas cruzadas y sonrisa fácil, de pregunta dejada caer como por azar. El ojo, firme.
Curvo su aguijón, la avispa de mi cariño vuela sobre las millas para injectarme su veneno de distancias.
Entre la arpía y el gorgón, la hidra burocrática y los breves momentos de solaz que sólo es el cuerpo descansando a solas de su soledad.
...sigo cayendo de pie, como gato panzarrriba.
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