lunes, 9 de diciembre de 2013

Brasas.

Volcanes eruptan en cada una de mis exhalaciones, el magma fluye por mis venas mientras la llamarada invisible del hidrógeno irradia de cada uno de mis poros.

Fusionado en mis huesos de basalto, ígneo desde que oí tu voz por primera vez aquella tarde de calzone. Flamígero consumido de miedo por la intensidad y dividido por una promesa que ya no tiene sentido.

Lo tuvo, porque fue una que te hice. Soy hombre de palabra, porque soy hombre.

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