Cíclico el verbo en su estructura,
afectado, me llamaron
aquellos que nunca amaron
la palabra en su armadura.
Qué hacer, los que mamaron
soneto, la rima dura,
la espera que el verso apura
sin esforzarse cantaron.
Pecador de alma pura,
que a su suerte abandonaron,
sus ilusiones conjura.
Sonetos mi oído mimaron
de niño, y quién augura
lo que en mi mente causaron.
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