Hoy te nombré, sin apellido o código de barras. El periodista protege sus fuentes y el poeta su musa.
Dije "mi .u...". Mía de la posesión antipropietaria, ando poseído con propiedad (de nuevo, en las dos acepciones).
Bendita maldición que me mata y me sana a la vez. Que reafirma cada día mi hombría y negó sus aspiraciones más profundas.
Te ansío toda, hasta los posos.
Me alegraré de un café.
Me deberé habituar a la nada.
Como siempre, la raíz cuadrada de 4 tiene dos respuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario