sábado, 30 de noviembre de 2013

El nombre.

Hoy te nombré, sin apellido o código de barras. El periodista protege sus fuentes y el poeta su musa.

Dije "mi .u...". Mía de la posesión antipropietaria, ando poseído con propiedad (de nuevo, en las dos acepciones).

Bendita maldición que me mata y me sana a la vez. Que reafirma cada día mi hombría y negó sus aspiraciones más profundas.

Te ansío toda, hasta los posos.

Me alegraré de un café.

Me deberé habituar a la nada.

Como siempre, la raíz cuadrada de 4 tiene dos respuestas.

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